Factor #1: Ofertas y descuentos
Hasta cierto grado a todos nos atraen los precios bajos porque tenemos un presupuesto.
Pero algunos osteópatas utilizan el precio como anzuelo en su publicidad engañosa.
Antes de comprometer tu salud y acudir a un osteópata o quiropráctico por sus precios de chollo, fíjate una vez más en los detalles.
Es posible que acabes pagando más por la supuesta oferta que por acudir a un osteópata con reputación que no se esconde detrás de la letra pequeña y te detalla por aquello que pagas.
Un tratamiento osteopático no siempre es lo barato que te quiere hacer creer el osteópata poco ético.
No transijas cuando se trata de tu salud y bienestar.
Factor #2: Alegaciones sin pruebas cómo: «esta técnica es la mejor»:
Recuerda esto: La mejor técnica para ti es la que consigue que tú tengas salud.
La mejor técnica es aquella que es personalizada, según las necesidades del paciente… Tus necesidades. Cerciórate que el osteópata o quiropráctico te realiza un examen detallado e integral antes de comentarte cuáles son los servicios o procedimientos que puedas necesitar.
Factor #3: Ofrecer menos de lo prometido
Cuando un osteópata o quiropráctico ofrece un cuidado personalizado, reconoce que cada persona no experimentará el mismo nivel de alivio del dolor al utilizar la misma técnica que aplicó en otros.
En vez de continuar por una senda que no logra los objetivos deseados por el paciente y seguir cobrando por un servicio que no provee alivio, un osteópata o quiropráctico honrado aplicará técnicas de ajuste alternativas en vez de seguir con el tratamiento que no está funcionando, ofreciendo al paciente de este modo aquello por lo que paga… alivio del dolor y/o mejorar su salud y bienestar.